“Si el alumno no puede aprender por el
camino en el que se enseña,
el educador debe enseñar atendiendo al camino por el que el alumno aprende"
Siempre pensé que dar clases era cosa fácil, tan sólo buscar en un libro lo que tienes que enseñar y explicarlo como uno lo entiende, del mismo modo en que solía hacer presentaciones orales en el colegio. Sólo me preguntaba sobre como hacer que el tiempo cuadrara con la clase, pero no me preguntaba nada más.
A pesar de esto, llegó el día en que me dijeron: mañana da su primera clase. Fue en ese momento cuando pasó por mi cabeza un montón de cosas que jamás pensé. Primero que todo, pasaron por mi mente todas y cada una de las maldades que hice como estudiante: no poner atención, incentivar a mis compañeros a no hacerlo tampoco, burlarme de la profesora a sus espaldas, ponerle sobrenombres...
Todas estas cosas pasaron por mi mente toda la noche y al día siguiente, cuando entré a la clase, me sentí como si fuera un ratón que acababan de enjaular bajo 7 candados con una manada de 40 gatos que están hambrientos desde hace un mes. Si se portan mal, ¿que haré? si me equivoco, ¿se burlarán? …
Si no temblaba era por el sólo hecho de que temía que lo notaran y se burlaran más aún. Incluso llegó el momento de la aceptación, pensé, hoy voy a pagar todo lo que hice en mis años de estudiante, y si alguna vez vuelvo a ser estudiante, me portaré bien, porque habré aprendido mi lección.
Sin embargo, al final del día, aprendí a conocer a cada uno de mis alumnos, a ver cuál era mejor y cual no, cual ponía atención y cual no. Me sorprendió darme cuenta como algunos, que aparentemente mostraban un gran interés y atención, realmente no lo hacían, y otros, que pareciera que dormían durante toda la clase, sabían y respondían correctamente a las preguntas que lanzaba. Todo fue muy distinto a como pensé, y aunque, el primer día estuvo llena de un terror sin igual, a medida que aprendí a conocer a mis estudiantes todo se hizo bastante fácil y realmente placentero. Es una experiencia que nunca olvidaré y que realmente deseo seguir practicando, y que invito a todo aquel que tenga sus dudas en cuanto a la pedagogía, a que lo haga sin nada que temer, las cosas no resultaron tan mal como las pensé.

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